miércoles, 2 de noviembre de 2016

Cómo sanar luego de una ruptura de pareja.

La ruptura de pareja puede significar uno de los dolores más profundos, casi comparado a un duelo, con la diferencia que en el duelo se acepta, en cambio en la ruptura se vive con la esperanza de
que pueda retomarse el proyecto del estar juntos. 

Cuando esto no sucede, y se permanece mucho tiempo allí, se esta en presencia de la prolongación del sufrimiento por no aceptar la situación como terminada. O quizá se esta en una etapa anterior, que es la de echar culpas afuera, o peor aún la autoculpa. Sea como fuere, en cualquiera de estos momentos, reitero, se esta en presencia del sufrimiento. Viviendo una y otra vez ese pasado como momento actual, perdiéndose del estar aquí y ahora para superar esa situación. 

Es importante recomponer esa mirada sobre los acontecimientos mediante un nuevo punto de vista, que favorezca la aceptación e integración, contribuyendo a superar las frustraciones y resentimientos. Es preciso sanar lo que haya que sanar. Cerrar las relaciones de la mejor forma posible, con uno y para uno, de modo de quedar libre y abierto a una nueva relación.

Cómo trabajar para que esto se integre en paz y armonía?

Cierra los ojos, respira suave y profundamente, inhala y exhala. Comienza por sentir tu cuerpo al ritmo de la respiración. Imagina una esfera grande y luminosa que descendiendo hasta ti se instala en medio de tu pecho, creciendo hasta que te abarque por completo. 

Una vez allí, en medio de tu esfera, evoca la imagen del rostro de quien fuera tu pareja. Mantén esa imagen frente a ti por unos segundos y mirando su rostro pregunta ¿qué fallo entre nosotros?, deja pasar un momento, vuelve a preguntar, ¿tal vez el dinero ..., tal vez aquellas otras relaciones ..., tal vez aspiraciones diferentes ..., tal vez el destino, o eso tan difícil de precisar entonces ...?

Rescato lo bueno y bello del ayer contigo. De ti agradezco la leve sonrisa y la esperanza de un amor eterno.

Quedo en paz con las sombras. Mi corazón esta abierto al recuerdo de los bellos momentos. Poco a poco ve abriendo los ojos. 

Es posible que este ejercicio lo debas reiterar si observas que aún permanecen las resistencias que producen sufrimiento.

Recuerda que todo lo que cambie dentro de ti también cambiará afuera. Si uno cambia, todo cambia.


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